Fabio Quartararo y el peso del número 1

Fabio Quartararo y el peso del número 1

La victoria del francés en Portimao fue la demostración de que sigue siendo el rival a batir.

En el palmarés histórico del Campeonato del Mundo, como sucede con cualquier deporte, lo único que aparece es un nombre al lado de cada año. Es una sencilla lista que no responde a más preguntas que la del quién, sin detenerse en las circunstancias. Sin embargo, detrás de cada línea hay una historia escondida.

Más allá de la manida (y seguramente demasiado dicotómica) frase atribuida a Ayrton Senna de que “todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón”, se podrían hacer innumerables tipologías de campeones. Quizá una de las más sencillas sea la de dividirlos en dos enormes grupos: los que dominaron con claridad ese año y los que se impusieron dentro de una igualdad.

El 17 de noviembre de 2019, el Circuit Ricardo Tormo hacía de telón a la última temporada antes de la maldita pandemia, con Marc Márquez (ya campeón) ganando al rookie Fabio Quartararo, que por quinta vez se quedaba en el segundo escalón del cajón, todas ellas por detrás del 93.

Ese día fue el último con Marc Márquez al frente de la general de MotoGP, al menos hasta la fecha; y también fue la última vez que el vigente campeón se hacía con la victoria. Al menos hasta ayer.

889 días después, el campeón en título levantaba los brazos en lo más alto del podio de la categoría reina, algo que no sucedió ni en 2020 -donde Márquez estuvo todo el año de baja- ni en 2021 -donde Joan Mir no consiguió pasar de la segunda posición- ni en las cuatro primeras carreras de este 2022, en las que Quartararo apenas había rascado un podio en el agua de Indonesia.

Y es que, se lleve o no en el carenado, el peso del número 1 es gigantesco. Un número 1 que, en el caso de Quartararo, va mucho más allá de lo que supone ser el campeón de 2021: estaba llamado a ser el gran rival de Márquez y, con el 93 fuera de juego, a marcar una era en la categoría reina del motociclismo de velocidad.

2019 consistió en deslumbrar, 2020 en aprender y 2021 en dominar.

Un proceso lógico en la ruta hacia el palmarés de MotoGP, donde puso su nombre tras dominar la temporada con claridad en su primera mitad y defender con solvencia su renta en la segunda. La consecución del título daba carpetazo a la pregunta de si lo conseguiría alguna vez, abriendo al mismo tiempo un interrogante de calado superior: ¿estamos ante un campeón o ante un dominador histórico?

La temporada 2022 se antojaba clave para empezar a responder esa pregunta, y los problemas de Yamaha no ayudaban a emitir un veredicto claro. Porque claro, si bien es cierto que el galo no había podido luchar por las victorias en Qatar, Austin ni Argentina; resultaba indiscutible que su rendimiento estaba siendo tremendamente superior al de todos sus compañeros de marca, extrayendo puntos de debajo de las piedras.

Todo eso resultaba insuficiente para un piloto que tiene la victoria en el ADN.

En Portimao, vio por fin salir el sol. En primer lugar, porque la falta de entrenamientos en seco había impedido a sus rivales afinar la puesta a punto de sus motos. Y en segundo, porque la montaña lusa se adaptaba perfectamente a su estilo de pilotaje y a las virtudes de la denostada M1.

No sabía (ni sabe) cuándo volverá a disfrutar de tal conjunción de factores. Ni siquiera sabe qué moto pilotará en 2023. Solo sabía que por fin podía volver a ganar.

Solo tenía el aquí y el ahora. Una oportunidad única para demostrar a todo el mundo, empezando por sí mismo, que todo lo que le había impedido ganar desde el año pasado en Silverstone habían sido cuestiones circunstanciales. Quiere dejar patente a sus rivales que el rival a batir es él.

Que puede, de sobra, con el peso que supone ser el número 1.

No solo ganó la carrera. Lo hizo con una superioridad apabullante, exhibiendo un ritmo demoledor para escaparse en solitario y despejar cualquier duda: no le basta con portar el número uno invisible de actual campeón, quiere marcar una época en el motociclismo y tiene los ingredientes para hacerlo. Sea en Yamaha o en otra marca.

Fuente: www.motociclismo.es

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